Amante sin reposo – Francisco de Quevedo

Está el ave en el aire con sosiego,
en la agua el pez, la salamandra en fuego,
y el hombre, en cuyo ser todo se encierra,
está en la sola tierra. Yo solo, que nací para tormentos,
la boca tengo en aire suspirando, el cuerpo en tierra está peregrinando,
los ojos tengo en agua noche y día,
y en fuego el corazón y el alma mía.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.