Somos los viejos locos
los viejos que nos acostamos
con muchachas 40 años menores que nosotros
los que tratamos de ignorar a la muerte
como si fuera una amante de otra época
a la cual ya no quisiéramos ver
y cruzamos muy rápido a la acera de enfrente
donde está la ninfa esperándonos
senos duros pezones rosados
y labios de la vulva frescos y rojos
no el sexo seco de la muerte
esa fruta que ya no da jugo
Y nos arreglamos el nudo de la corbata
mirándonos en la vitrina de una tienda
donde ahora vemos nuestra cara arrugada
el pelo escaso la barba canosa
entre computadoras y teléfonos celulares
y el reflejo de la muchacha que nos sonríe
con la guadaña en la mano
Archivo de la categoría: Óscar Hahn
Gladiolos junto al mar – Óscar Hahn
Gladiolos rojos de sangrantes plumas
lenguas del campo llamas olorosas:
de las olas azules amorosas
cartas os llegan: pálidas espumas
Flotan sobre las alas de las brumas
epístolas de polen numerosas
donde a las aguas piden por esposas
gladiolos rojos de sangrantes plumas
Movidas son las olas por el viento
y el pie de los gladiolos van besando
al son de un suave y blando movimiento
y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando
y entrando van las flores en la muerte
En una estación del metro – Óscar Hahn
Desventurados los que divisaron
a una muchacha en el Metro
y se enamoraron de golpe
y la siguieron enloquecidos
y la perdieron para siempre entre la multitud
Porque ellos serán condenados
a vagar sin rumbo por la estaciones
y a llorar con las canciones de amor
que los músicos ambulantes entonan en los túneles
Y quizás el amor no es más que eso:
una mujer o un hombre que desciende de un carro
en cualquier estación del Metro
y resplandece unos segundos
y se pierde en la noche sin nombre
Ningún lugar está aquí o está ahí… – Óscar Hahn
Ningún lugar está aquí o está ahí
Todo lugar es proyectado desde adentro
Todo lugar es superpuesto en el espacio
Ahora estoy echando un lugar para afuera
estoy tratando de ponerlo encima de ahí
encima del espacio donde no estás
a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza
te apareces ahí sonriente otra vez
Aparécete ahí aparécete sin miedo
y desde afuera avanza hacia aquí
y haz harta fuerza harta fuerza
a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez
si reaparecemos los dos tomados de la mano
en el espacio
donde coinciden
todos nuestros lugares
Invocación al lenguaje – Óscar Hahn
Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.
Ya me tienes cansado
de tanta esquividad y apartamiento,
con tus significantes y tus significados
y tu látigo húmedo
para tiranizar mi pensamiento.
Ahora te quiero ver, hijo de la grandísima,
porque me marcho al tiro al país de los mudos
y de los sordos y de los sordomudos.
Allí van a arrancarme la lengua de cuajo:
y sus rojas raíces colgantes
serán expuestas adobadas en sal
al azote furibundo del sol.
Con vos quería hablar, hijo de la grandísima.
El hombre – Óscar Hahn
Emergió de aguas tibias
y maternales
para viajar a heladas
aguas finales.
A las aguas finales
de oscuros puertos
donde otra vez son niños
todos los muertos.
SÁTIRO Y NINFAS (Trío) – Óscar Hahn
Hermosas ninfas que en el río metidas
contentas habitáis.
Garcilaso
Quiénes son estas ninfas estos seres
de aguas tibias y dulces como ellas:
pechos que ondulan suaves nalgas bellas
almas de ninfas cuerpos de mujeres
Entro en el agua azul de la bañera
lamo sus muslos gozo su delicia
ríen con esa risa que acaricia
una me da el pezón la otra espera
Mientras mi mente alucinada fragua
posiciones y ardientes fantasías
nos acostamos en la cama de agua
Tres fuegos suman una sola llama
Y reinventamos las mitologías
sobre las tibias aguas de la cama
Ciudad en llamas – Óscar Hahn
Entrando en la ciudad por alta mar
la grande bestia vi: su rojo ser
Entré por alta luz por alto amor
entréme y encontréme padecer
Un sol al rojo blanco en mi interior
crecía y no crecía sin cesar
y el alma con las hordas del calor
templóse y contemplóse crepitar
Ardiendo el más secreto alrededor
mi cuerpo en llamas vivas vi flotar
y en medio del silencio y del dolor
hundióse y confundióse con la sal:
entrando en la ciudad por alto amor
entrando en la ciudad por alta mar
Hotel de las nostalgias – Óscar Hahn
Música de Elvis Presley
Nosotros
los adolescentes de los años 50
los del jopo en la frente
y el pucho en la comisura
los bailatines de rock and roll
al compás del reloj
los jóvenes coléricos
maníacos discomaníacos
dónde estamos ahora
que la vida es de minutos nada más
asilados en qué Embajada
en qué país desterrados
enterrados
en qué cementerio clandestino
Porque no somos nada
sino perros sabuesos
Nada
sino perros
Mal de amor – Óscar Hahn
No seas vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco de este.