Las manos – Graça Pires

Cuando el crepúsculo, casi extinto,
se detiene en la mirada, hay un barco
fatigado por el rumor del oleaje
que se convierte en lágrima, rozando
el rostro, surco a surco.
Es cuando las manos, de tan inquietas, se reflejan
en el corazón de las aves.
¿Aceptación o dádiva, caricia o dolor, súplica o rabia?

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.