Borras cicatrices
y ese dolor antiguo
-casi tormenta-
se refugia azorado
en el olvido
Archivo de la etiqueta: María Clara González
En la estación del sueño – María Clara González
Hemos olvidado nuestros nombres
y nuestros pronombres se confunden
y se enlazan…»
Octavio Paz
Tu llovizna y mi niebla
Tu júbilo y mis ojos
Tus ojos y mi vientre
Mis manos y tu cuerpo
En esta estación de un sólo sueño
Mi entrega de agua transparente
Tu fuego
espiral en mis entrañas
Danza – María Clara González
Cuando brota del fondo de la estancia
esa danza lunar oscura y grácil
el abandono de la noche me posee
Generosa
me entrego
al movimiento que me embarga
Tierra-madre
mujer-cuna y destino
¡Frágil lago de piel y de esperanza!
Mutación – María Clara González
«…Cuándo así me acosan ansias andariegas
¡Qué pena tan honda me da ser mujer!»
Juana de Ibarbourou
No te apenes Juana
que ahora podemos
hartarnos de luna
caminar por sendas que locas invitan
abrir andariegas puertas misteriosas
y asomar la sed
Podemos ahora
como tu anhelabas
navegar por campos
caminar el mar
pero para hacerlo
sin saber el modo
¡como las serpientes cambiamos de piel!
Voces secretas – María Clara González
Visto armadura
Calzo espuelas
Ajusto el yelmo
No acallo
esas secretas voces
que lanza mi ser
al roce del metal
que intenta contenerlo
Mujer – María Clara González
I
Arcilla y luz
espejo que refleja
el resplandor del universo
II
Destino de palmera y cascada
que anhela el infinito
mientras devuelve a la tierra
esa cuota de sangre
que le adeuda
Olvido – María Clara González
Por fin crucé la puerta
que confunde
recuerdos con cenizas
Tu silueta se yergue
ante mí
estática
vacía
Hoy
ya me fue imposible
recobrar tu sonrisa
Corceles de fuego – María Clara González
¡Mi corazón
amo de naufragios
no sabe cómo sobrevivir a la esperanza!
Poema del desencanto – María Clara González
Una tarde cualquiera
con la brisa
llegó para quedarse
Me tomó de la mano
Buscó abrigo
en mi sangre
se prendó de mi piel
perfumó mi tibieza
Con su soplo de hielo
me consume
Búsqueda – María Clara González
¿Hasta cuándo la luz en la ventana
y el corazón ansioso
bebiéndosela a sorbos.
¿Hasta cuándo
la cacería de sueños
sin destino.