Un hombre no precisa
de razones
para morir.
El sufrimiento basta.
La verdad
es este cráter,
más pavorosamente
abierto cada vez,
hasta que
todo el ser
es devorado
por la oscuridad.
La piel
graba el tatuaje
del dolor.
Incandescente
noche.
Un hombre no precisa
de razones
para morir.
El sufrimiento basta.
La verdad
es este cráter,
más pavorosamente
abierto cada vez,
hasta que
todo el ser
es devorado
por la oscuridad.
La piel
graba el tatuaje
del dolor.
Incandescente
noche.