ESPERÓ el escorpión
oscuro y quieto,
inesperado y quieto,
¿dónde?
No estaba hace un instante.
Junto al talón expuesto
se enarca ahora,
enigma para siempre.
Debería temerle,
surgido hermano cruel
cuyo signo soporto.
Después miré curiosa,
fríamente su cadáver.