Lo que al día le pido – Vicente Gallego

Lo que al día le pido ya no es		
que me cumpla los sueños, que me entregue		
los deseos cumplidos de otros días,		
porque al fin he aprendido que los sueños		
son igual que las alas de un insecto		
y al tocarlos el hombre se deshacen;		
y es que un sueño al cumplirse es otra cosa		
que no ayuda a volar.		
Lo que al día le pido es ese sueño		
que al rozarlo se parta en otros sueños		
lo mismo que una bola de mercurio,		
y que brille muy lejos de mis manos.		
Lo que al día le pido empieza a ser		
más difícil incluso de alcanzar		
que los sueños cumplidos, porque exige		
la fe antigua en los sueños.		
Lo que al día le pido es solamente		
un poco de esperanza, esa forma modesta		
de la felicidad.

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