La mariposa negra
vino temprano.
Llegó la misma noche
y se fue volando.
¡Ah, niño, si algún lucero
llenara de luz tu cuarto!...
La muerte viene cerrando
una sombra que te alcanza.
Ves, niño, la mariposa
te abrió sus alas.
¡Ah la lumbre de un lucero
en el filo de tu cama!...
Pero, ya ves, los luceros
crecen a mucha distancia,
y tendríamos que andar
abismos para alcanzarla.
¡Ay, niño, la mariposa
hacía tiempo te buscaba!...