La isla del dios – Luis Antonio de Villena

Un mar verde de sol,
bate en los altos roquedos
de esta isla; y en su parte
cimera, sobre senderos
de viñas y de olivos, y entre
el dulce perfume de la adelfa,
han levantado una estatua al dios.
Una estatua como un cuerpo
de oro, de torso delicado y movimiento grácil, con
el cabello oscuro, ondeando
al viento entre reflejos de luz.
La mirada perfecta se pierde
al horizonte, y la piel desnuda
del intonso muchacho, brilla
al sol y arde, como fuego en el mar.
Llegan los adoradores cada
día a la isla, pues el dios
en ella se muestra en todas partes, y parece ocurrir que no hay otra edad
allí, sino esta que descubre
relucientes torsos y armonías
cobrizas, y la elegancia
del ciervo que se mueve, convertido
en apretada cintura casi rubia.
(...)

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.