Siempre del centro de la luz emana
la oscuridad adversa.
Aunque sea una zarza ardiente
en un mundo de sombras:
ese dolor de todos los reversos.
Mas no digáis que, a pesar de acatarlo,
no es hiriente para los ojos
como para la mano esperanzada,
saber que hasta el propio hecho de amar
lleva consigo
la triste cárcel de sus sombras.