Ecce Homo – Isla Correyero

Vemos la humedad de la sangre
por el vapor que exhala.

Como a espejo negado nos dirigimos
para ver la succión de la muerte.

Estallado y granate tiene el rostro
el atado,
de niebla y de sudor cubierto
el cuerpo.
Polvorientos los ojos de radiante tortura.

¿A dónde irá el gemido de este hombre
si es Dios?

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