La anciana – Ursula K. Le Guin

Soporté mis suplicios, cortejé mi destino,
y ahora me dejaré una barba de metro y medio
y la trenzaré en pequeñas trenzas
y pasearé por donde el palmípedo pasea
entre las hojas brillantes del agua.
No temeré nada de lo que he temido.
Soy la reina de picas, la jota de nada,
y en mi barba trenzo mis cuchillos.

¿Por qué he de saber lo que he sabido?
Una vez bastó para hacerlo mío.
Todo lo que conseguí lo olvidaré.
Anudaré mi barba en forma de red
y lanzaré la red y pescaré un pez
que abolirá todos mis deseos
y no me dejará nada más que una piedra
en el cauce del río,
no me dejará nada más que una roca
donde pisan las patas de las garzas.

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