Se pierden los sentidos.
Es cierta la canción.
La noción de lo dulce
y amargo se confunde
y el latido de un cuerpo
se convierte en clamor;
el olor de una piel
abruma el universo
y en el fondo, en lo oscuro,
se ve con precisión.
El tacto de unos hombros
descubres por destino:
se ganan los sentidos.
Es falsa la canción.