En una playa secreta
blanca como una paloma
tuvimos sed en la tarde;
pero el agua era salobre.
Sobre la arena tan rubia
hemos escrito su nombre;
qué bien que sopló la brisa
y se borró la inscripción.
Con qué corazón, qué aliento,
qué deseos, qué pasión
tomamos la vida: ¡error!
Y así cambiamos de vida.