Con la mirada humilde – Xavier Villaurrutia

ESTA VEZ serán mudas mis ansias,
y mis pasos velados, y nulo mi rogar;
extenderé las manos ayunas de fragancias
cuando tú no las mires, o cuando te hayas ido;
concentraré mis fuerzas, procuraré olvidar
todo lo no logrado y todo lo perdido,
y acallaré mis ansias insólitas de amar.

Si pues tú me lo pides
con la mirada humilde y la boca entreabierta,
seré bueno, no olvides
que dormiré mi angustia despierta,
que ahogaré el más fuerte latido,
y cerraré la confesión abierta
que debió haber salido…

Y sólo porque sea
tu vida una callada mansedumbre,
un solar, una aldea
donde no haya más lumbre
que la tranquila del hogar,
y en donde no se vea
ni la sombra inconfesa de un desear.

Y todo sin embargo
yo te lo sacrificio por la mirada aquella
tan humilde, que sella
mi espasmo y mi dolor,
y apaga mi más largo
y mi más hondo
soñar en el amor…

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