Hubiera sido venturosísima
amándole toda la vida.
María Alcoforado
Así te mostraron de repente:
el poderoso pecho, como el de un dios, desnudo,
mientras el oro entero, convocado en tu rostro, te nimbaba.
Me fui de aquel lugar,
tu imagen mis visiones presidiendo.
Día tras día te atribuí todo lo hermoso que encontré.
Mas nada igualó a tu luz primitiva
ni pudo superar al equívoco gesto,
tan femenina boca,
bello desdén del curvo labio. No, nada pudo.
Y ninguna invención que trajeron los días
mejoró a aquel fugaz momento.
Me gustan mucho las poesías que pones son superorgánicas♥️♥️
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona