Si no es bisiesto,
un año se descompone
en trescientas sesenta y cinco zancadillas.
Por el contrario, una vida
se va –se fue– en un suspiro.
Lo que tarda en picar una cobra.
Lo que se toma una bala
en atravesar un naipe que es
en realidad una carta del Tarot.
La vida es haber eludido
tantos traspiés,
resbalar sobre el cartón satinado
y dejar de ser bípedo, un charco
de sangre que se va,
no de semen que viene.
Vivir es ensayar esa caída.
Reseña del poeta
Me encantan los poemas que compartes. Feliz finde. ________________________________
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Muchas gracias por el comentario y me alegro que te gusten los poemas que comparto.
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