Otro hueco en la noche me ha dejado
permanecer al límite.
Cerrándose el contorno, queda un lugar
cercado por la neblina.
Esta estancia vacía es una evocación
transitoria, un espacio al que restar
la vana superficie de las cosas.
Un minúsculo agujero –frágil, solitario-
donde olvidar que vivimos
más allá de la extrañeza.