Cuando dos quieren a una
y los dos están presentes,
el uno cierra los ojos
y el otro aprieta los dientes.
Eres muy niña y ya clavas
en tu pañuelo alfileres:
ya dejan ver desde niñas
su inclinación las mujeres.
Dentro de un tropel de penas
tengo mi cuerpo metido,
y nadie me da socorro
por más que a voces lo pido.
Al verme triste a tu lado
no me preguntes qué tengo;
tendría que responderte,
y yo acusarte no quiero.
Caminando hacia la muerte
me encontré con tu querer,
y por morir más a gusto
seguí el camino con él.
Poesía de todas la épocas y nacionalidades