Si,
Te quería
Cuando trenzabas mis dedos
en la ceremonia amorosa.
Cuando abrías la piel
de mi pecho a tiras
o cuando el manto espeso
de amadora virgen te cubría,
te quería.
Y te quería
Cuando, por los broncos bosques,
me arrojabas,
impasible y perfecta,
hacia la trampa mortal
en que tus muslos
se habían convertido.
Pero habrá otras noches
para acariciar tu pelo
o tu mirada perdida.
Volverás de las cenizas
para alimentar a los espíritus
y dormiremos desnudos
sobre ese mundo no oral
que nos habíamos construido
en un bosque nocturno
de unicornios
y dríadas maduras.
Pero tú
déjame que sonría
como en los anuncios,
sin motivo.
Luego
nos abandonaremos
a cualquier ventana
por donde pase la lluvia
tristemente.
Poesía de todas la épocas y nacionalidades