Archivo de la categoría: Laila Belghali

Amapola – Laila Belghali

El rojo intenso, vivo, nacarado
de la sangre que en ti se redondea,
como un grito que desea
dar vida a todo cuanto han condenado,
a morir brevemente, apenas dado
el primer beso al mundo.
Así campea
y eres hombre del pan que ya verdea
por tus venas herido, ensangrentado.
Amapola, efímera, amapola.
Más símbolo que ser, más pensamiento
que cosa duradera, en tu alma sola,
de niña que acaricia el recio viento.
Encendida de luz se tornasola
el pan de amor que en trigo ya presiento.

Poesía – Laila Belghali

La tarde va cayendo lentamente.
El sol, sobre la mar, ensangrentado,
agónico, acabado.
De darse a todo totalmente por él
se hunde en el abismo.
Mi corazón cansado,
quemado, roto, herido mortalmente.
Después de haberte amado,
rendido y fracasado
se hunde hoy, definitivamente.
Volviste a mí porque eras y eres mía:
ya no me dejes nunca poesía.

Mar en invierno – Laila Belghali

No sé si eres, mar
mi amigo o mi enemigo.
En todo caso no eres el mismo ante mis ojos.
¿Cómo puedes, así de repente, olvidar
tantas horas de paz que he pasado contigo?
Para contarte mis penas, con el alma cansada
me acerco a tus pies, lo mismo que en verano.
Y no encuentro en tu cara la mirada serena.
Y no me dices "ven" ni me tiendes tu mano,
alborotado y fiero.
No sé si eres, mar,
mi amigo o mi enemigo.
En todo caso, yo soy la misma de ayer.
He vuelto y no me voy sin conversar contigo.

En ti – Laila Belghali

En ti amé los cinco continentes,
la tierra de los hombres,
el antes, el ahora y el después.
En tu cuerpo moreno y veinteañero
amé el África joven;
el resto de las razas, lenguajes y colores
los puso mi pasión.
Amé en tu circunstancia
la humanidad entera,
desnuda ante el poder.
El más puro te di de los abrazos
y sentí que en tus besos
la vida me decía la verdad.
Mañana vendrán otros
destruyendo ilusiones,
derribando castillos,
rompiendo por romper.
No sé si seguiremos
tenaces,
persiguiendo imposibles
o habremos ya dejado de creer.
Humano es nuestro barro.
Ocurra lo que ocurra
seremos indulgentes.
Ocurra lo que ocurra, yo diré,
delante de quien sea,
que en ti amé los cinco continentes.

Viaje astral – Laila Belghali

Un tren...
Un viaje...
El destino...
La vida...
Superar el calor, la lluvia y el frio
hasta tenerte cerca,
y percibir dentro de mí las nubes
traídas por la fuerza
de tu viento.
Haremos piruetas estelares,
de este mundo un trapecio
para tocar la luna con las manos,
romper los moldes y rasgar figuras
que no se quieren, que no deseamos
construir un castillo azul, de nieve
y robar a los vientos lo que quieras.
Dejar al tiempo atado para siempre
en la orilla infeliz de los mortales.
Alborotar tu pelo
jugando entre tus deseos.
Bordar luego tu frente con un beso
y ungir todo tu cuerpo de canela.
Entonces, tal vez ya...
Será otro tren,
otro viaje
y otra tierra.

Anocheceres – Laila Belghali

Cuando se oculta el sol
como una nostalgia inevitable,
la noche va cayendo sobre el alma.
Y me siento inundar, pausadamente
de una marea fría, incontenible.
El corazón cansado de seguirme.
Trato de huir, en busca de una idea.
Y salgo a respirar
el aire de la brisa vespertina.
El alma se detiene, yerta ya
al borde de una inútil, lenta espera.
El corazón camina,
que es caminar su sino incontestable.
Entre esperar y andar,
quebrado en dos,
como un pozo de hielo insoportable
repito anocheceres
en los que, por faltar, me faltas aun tú.