Más allá de las leyes que prohíben,
que limitan la altura de los cuerpos,
su dimensión, su peso, su medida
de planeta, de pluma, de vigilia,
su densidad de fuego o de cadera
que se mueve en la sombra como el agua
en el aire deshace sus espumas,
viajaremos.
Hoy puedo amarte como nunca.
Esconderme en la caverna joven de tu cuerpo
Buscar el río profundo que la cruza
Liberar las palomas que anidan en tu pecho
Para enterrar el nombre de las cosas
Y volver a morir.
Es un río interminable el silencio
en cuyas aguas sólo la vida,
sólo los minutos cada día aprendidos
traducen el destino y lo anuncian
más allá de la muerte.
También es río el camino del mar
como la sangre o las palabras.
Pero sólo el silencio es la suma
de todo cuanto el tiempo ofreció
y negó el tiempo.
Poesía de todas la épocas y nacionalidades