Se acerca un niño goloso
á un panal de rica miel
y al contemplar, envidioso,
posada una abeja en él
matarla quiere furioso.
Mas de su mala intención
hubo luego de quejarse,
pues al consumar su acción
sintió en su dedo clavarse
la punta del aguijón.
Ayes de dolor exhala,
y al querellarse no advierte
que su ingratitud propala:
ella su miel le regala
y él, en pago, le dá muerte.