El mar es un hoyo gigantesco
lleno de una substancia viscosa
llamada agua de mar
se subentiende que se trata de agua salada
También se da por sobreentendido
que en el mar hay gran variedad de peces
merluza —jurel-congrio-pejesapo
cual más cual menos orgullo de la cocina chilena
muy en particular la angula
exquisita al más exigente de los paladares
así como también hay olas enormes
capaces de volcar en un santiamén
embarcaciones de tamaño regular
Finalmente se da por sobreentendido
que el hombre se vale del mar
como de un medio de comunicación eficaz y expedito
importantísimo para la industria
ya se trate de salitre, cobre, carbón
harina de pescado, etc., etc.
Combates navales famosísimos
han ocurrido en repetidas ocasiones
con gran despliegue de artillería pesada
y los piratas se han hecho también famosos
todos ellos lobos de mar
como los denomina la tradición oral y escrita.
Archivo de la categoría: Nicanor Parra
Vida de perros – Nicanor Parra
El profesor y su vida de perros.
La frustración en diferentes planos.
La sensación de molestia a los dientes
Que produce el sonido de la tiza.
El profesor y la mujer exacta.
El profesor y la mujer precisa.
¡Dónde encontrar a la mujer precisa!
Una mujer que sea lo que es
Una mujer que no parezca hombre.
El dolor oscurece la visual
Las arrugas que van apareciendo.
La vejez de los propios estudiantes
Las repetidas faltas de respeto.
La manera de andar por los pasillos.
El insulto se puede resistir
Pero no la sonrisa artificial
El comentario que produce náuseas.
El liceo es el templo del saber.
El director del establecimiento
Con su bigote de galán de cine.
La desnudez de la señora esposa
(La mirada tropieza con un búho
Con un cabello demasiado liso).
La supresión del beso en la mejilla
(Más difícil parar que comenzar)
El hogar es un campo de batalla.
La mujer se defiende con las piernas.
Los problemas sexuales de los viejos
Aparecer en una antología
Provocar el espasmo artificial.
El profesor ya no tiene remedio:
El profesor observa las hormigas.
Mujeres – Nicanor Parra
La mujer imposible,
La mujer de dos metros de estatura,
La señora de mármol de Carrara
Que no fuma ni bebe,
La mujer que no quiere desnudarse
Por temor a quedar embarazada,
La vestal intocable
Que no quiere ser madre de familia,
La mujer que respira por la boca,
La mujer que camina
Virgen hacia la cámara nupcial
Pero que reacciona como hombre,
La que se desnudó por simpatía
(Porque le encanta la música clásica)
La pelirroja que se fue de bruces,
La que sólo se entrega por amor,
La doncella que mira con un ojo,
La que sólo se deja poseer
En el diván, al borde del abismo,
La que odia los órganos sexuales,
La que se une sólo con su perro,
La mujer que se hace la dormida
(El marido la alumbra con un fósforo),
La mujer que se entrega porque sí,
Porque la soledad, porque el olvido...
La que llegó doncella a la vejez,
La profesora miope,
La secretaria de gafas oscuras,
La señorita pálida de lentes
(Ella no quiere nada con el falo),
Todas estas walkirias,
Todas estas matronas respetables
Con sus labios mayores y menores
Terminarán sacándome de quicio.
El galán imperfecto – Nicanor Parra
Una pareja de recién casados
Se detiene delante de una tumba.
Ella viste de blanco riguroso.
Para ver sin ser visto
Yo me escondo detrás de una columna.
Mientras la novia triste
Desmaleza la tumba de su padre
El galán imperfecto
Se dedica a leer una revista.
Defensa del árbol – Nicanor Parra
Por qué te entregas a esa piedra
Niño de ojos almendrados
Con el impuro pensamiento
De derramarla contra el árbol.
Quien no hace nunca daño a nadie
No se merece tan mal trato.
Ya sea sauce pensativo
Ya melancólico naranjo
Debe ser siempre por el hombre
Bien distinguido y respetado:
Niño perverso que lo hiera
Hiere a su padre y a su hermano.
Yo no comprendo, francamente,
Cómo es posible que un muchacho
Tenga este gesto tan indigno
Siendo tan rubio y delicado.
Seguramente que tu madre
No sabe el cuervo que ha criado,
Te cree un hombre verdadero,
Yo pienso todo lo contrario:
Creo que no hay en todo Chile
Niño tan mal intencionado.
¡Por qué te entregas a esa piedra
Como a un puñal envenenado,
Tú que comprendes claramente
La gran persona que es el árbol!
Él da la fruta deleitosa
Más que la leche, más que el nardo;
Leña de oro en el invierno,
Sombra de plata en el verano
Y, lo que es más que todo junto,
Crea los vientos y los pájaros.
Piénsalo bien y reconoce
Que no hay amigo como el árbol,
Adonde quiera que te vuelvas
Siempre lo encuentras a tu lado,
Vayas pisando tierra firme
O móvil mar alborotado,
Estés meciéndote en la cuna
O bien un día agonizando,
Más fiel que el vidrio del espejo
Y más sumiso que un esclavo.
Medita un poco lo que haces,
Mira que Dios te está mirando,
Ruega al señor que te perdone
De tan gravísimo pecado
Y nunca más la piedra ingrata
Salga silbando de tu mano.
Discurso fúnebre – Nicanor Parra
Es un error creer que las estrellas
pueden servir para curar el cáncer
el astrólogo dice la verdad
pero en este respecto se equivoca.
Médico, el ataúd lo cura todo.
Un caballero acaba de morir
y se ha pedido a su mejor amigo
que pronuncie las frases de rigor,
pero yo no quisiera blasfemar,
sólo quisiera hacer unas preguntas.
La primera pregunta de la noche
se refiere a la vida de ultratumba:
quiero saber si hay vida de ultratumba
nada más que si hay vida de ultratumba.
No me quiero perder en este bosque.
Voy a sentarme en esta silla negra
cerca del catafalco de mi padre
hasta que me resuelvan mi problema.
¡Alguien tiene que estar en el secreto!
Cómo no va a saber el marmolista
o el que le cambie la camisa al muerto.
¿El que construye el nicho sabe más?
Que cada cual me diga lo que sabe,
todos estos trabajan con la muerte
¡Estos deben sacarme de la duda!
Sepulturero, dime la verdad,
cómo no va a existir un tribunal,
¡o los propios gusanos son los jueces!
Tumbas que parecéis fuentes de soda
contestad o me arranco los cabellos
porque ya no respondo de mis actos,
sólo quiero reír y sollozar.
Nuestros antepasados fueron duchos
en la cocinería de la muerte:
disfrazaban al muerto de fantasma,
como para alejarlo más aún,
como si la distancia de la muerte
no fuera de por sí inconmensurable.
Hay una gran comedia funeraria.
Dícese que el cadáver es sagrado,
pero todos se burlan de los muertos.
¡Con qué objeto los ponen en hileras
como si fueran latas de sardinas!
Dícese que el cadáver ha dejado
un vacío difícil de llenar
y se componen versos en su honor.
¡Falso, porque la viuda no respeta
ni el ataúd ni el lecho del difunto!
Un profesor acaba de morir.
¿Para qué lo despiden los amigos?
¿Para que resucite por acaso?
¡Para lucir sus dotes oratorias!
¿Y para qué se mesan los cabellos?
¡Para estirar los dedos de la mano!
En resumen, señoras y señores,
sólo yo me conduelo de los muertos.
Yo me olvido del arte y de la ciencia
por visitar sus chozas miserables.
Sólo yo, con la punta de mi lápiz,
hago sonar el mármol de las tumbas.
Pongo las calaveras en su sitio.
Los pequeños ratones me sonríen
porque soy el amigo de los muertos.
Estoy viejo, no sé lo que me pasa.
¿Por qué sueño clavado en la cruz?
Han caído los últimos telones.
Yo me paso la mano por la nuca
y me voy a charlar con los espíritus.
Aromos – Nicanor Parra
Paseando hace años
Por una calle de aromos en flor
Supe por un amigo bien informado
Que acababas de contraer matrimonio.
Contesté que por cierto
Que yo nada tenía que ver en el asunto.
Pero a pesar de que nunca te amé
—Eso lo sabes tú mejor que yo—
Cada vez que florecen los aromos
—Imagínate tú—
Siento la misma cosa que sentí
Cuando me dispararon a boca de jarro
La noticia bastante desoladora
De que te habías casado con otro.
Coplas del vino – Nicanor Parra
Nervioso, pero sin duelo
a toda la concurrencia
por la mala voz suplico
perdón y condescendencia.
Con mi cara de ataúd
y mis mariposas viejas
yo también me hago presente
en esta solemne fiesta.
¿Hay algo, pregunto yo
más noble que una botella
de vino bien conversado
entre dos almas gemelas?
El vino tiene un poder
que admira y que desconcierta
transmuta la nieve en fuego
y al fuego lo vuelve piedra.
El vino es todo, es el mar
las botas de veinte leguas
la alfombra mágica, el sol
el loro de siete lenguas.
Algunos toman por sed
otros por olvidar deudas
y yo por ver lagartijas
y sapos en las estrellas.
El hombre que no se bebe
su copa sanguinolenta
no puede ser, creo yo
cristiano de buena cepa.
El vino puede tomarse
en lata, cristal o greda
pero es mejor en copihue
en fucsia o en azucena.
El pobre toma su trago
para compensar las deudas
que no se pueden pagar
con lágrimas ni con huelgas.
Si me dieran a elegir
entre diamantes y perlas
yo elegiría un racimo
de uvas blancas y negras.
El ciego con una copa
ve chispas y ve centellas
y el cojo de nacimiento
se pone a bailar la cueca.
El vino cuando se bebe
con inspiración sincera
sólo puede compararse
al beso de una doncella.
Por todo lo cual levanto
mi copa al sol de la noche
y bebo el vino sagrado
que hermana los corazones.
Advertencias – Nicanor Parra
Se prohíbe rezar, estornudar
escupir, elogiar, arrodillarse
venerar, aullar, expectorar.
En este recinto se prohíbe dormir
inocular, hablar, excomulgar
armonizar, huir, interceptar.
Estrictamente se prohíbe correr.
Se prohíbe fumar y fornicar.
La montaña rusa – Nicanor Parra
Durante medio siglo la poesía fue
el paraíso del tonto solemne.
Hasta que vine yo
y me instalé con mi montaña rusa.
Suban, si les parece.
Claro que yo no respondo si bajan
echando sangre por boca y narices.