Archivo de la categoría: Óscar Hahn

Rulfo en la hora de su muerte – Óscar Hahn

Había una luna grande en medio del mundo

Era vieja de muchos años y flaca
Como si le hubieran estirado el cuero

Esta es mi muerte dijo
Si usted viera el gentío de ánimas
Que andan sueltas por la calle

Estoy aquí boca arriba
Pensando en aquel tiempo para borrar mi soledad

Me mataron los murmullos

Y se fue montado en su macho sin mirar hacia atrás
Dejándonos la imagen de la perdición

Él duerme
No lo despierten
No hagan ruido

Duró varias horas luchando con sus pensamientos
Tirándolos al agua negra del río

Y se fue desmoronando
Como un montón de piedras

En la playa nudista del inconsciente -Óscar Hahn

Un hombre está tendido en la playa nudista del
Inconsciente

A esa hora de la noche en que salen dos soles

La parte mujer de hombre corre graciosamente hacia el
Agua
La parte hombre camina en dirección a la orilla

En la playa nudista del inconsciente
Las dos partes se bañan tomadas de la mano

El sol negro se baña en el horizonte
El sol blanco se pone al rojo vivo
La mujer y el hombre hacen el amor hasta el vértigo
Sus cuerpos luchan en la arena fosforescente

Y el firmamento se llena de aerolitos
Que se desplazan a la velocidad de la luz

Nacimiento del fantasma -Óscar Hahn

Entré en la sala de baño
cubierto con la sábana de arriba

Dibujé tu nombre en el espejo
brumoso por el vapor de la ducha

Salí de la sala de baño
y miré nuestra cama vacía

Entonces sopló un viento terrible
y se volaron las líneas de mis manos
las manos de mi cuerpo
y mi cuerpo entero aún tibio de ti

Ahora soy la sábana ambulante
el fantasma recién nacido
que te busca de dormitorio en dormitorio

Bárbara Azul – Óscar Hahn

Aquella dulce muerte tu hermosísimo amor
Me ha traído a la orilla de este río nevado
De pronto en pleno invierno la descongelación
Descubre rosas rojas y bárbaras azules

Los pájaros helados se entibian sorprendidos
Un trino de color rosado pinta el cielo
A las diez de la noche: y un alba deslumbrante
Se levanta a deshora limpiándose las plumas

Aquella dulce muerte tu hermosísimo amor
Me ha rozado los ojos con su estela celeste
Y ahora en vez de lágrimas una constelación
De hipocampos dorados rueda por tus mejillas.

¿Por qué escribe usted? – Óscar Hahn

Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
porque mañana porque sí porque no
Porque el principio porque la bestia porque el fin:
porque la bomba porque el medio porque el jardín

Porque góngora porque la tierra porque el sol:
porque san juan porque la luna porque rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel:
porque la carne porque la tinta porque la piel

porque la noche porque me odio porque la luz:
porque el infierno porque el cielo porque tú
Porque casi porque nada porque la sed

porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás

Cafiche de la muerte – Óscar Hahn

Cómo carne de cóndores hirvientes
o de tordos quemados como cresta
del rojo al negro se cambió la fiesta
y en silencio se fueron los clientes.
Se nos vació no más todo el prostíbulo
se vaciaron las camas y los bares
y todas las que estábamos de a pares
sollozamos de a una en el vestíbulo.
Por el pasillo viene la señora
siempre tan maternal siempre a la hora
con su taza de té y un trago fuerte.
Para qué te moriste desgraciado.
Mira mi pobre cuarto desolado
tipo traidor: cafiche de la muerte.

Escrito con tiza – Óscar Hahn

Uno le dice a Cero que la nada existe
Cero replica que uno tampoco existe
porque el amor nos da la misma naturaleza

Cero mas Unos somos Dos le dice
y se van por el pizarrón tomados de la mano

Dos se besan debajo de los pupitres
Dos son Uno cerca del borrador agazapado
y Uno es Cero mi vida

Detrás de todo gran amor la nada acecha.