Carmen de esta noche – Eugenio de Nora

¡Dolor del alma por quererte!
En la noche de viento azul
oigo temblar los dulces árboles,
y me traspasa su rumor.

Los árboles, que al mediodía
eran la tierra puesta en pie,
copas de sombra y abandono
alzan a la inefable luz.

Quizá nostálgicos por eso,
por el lejano palpitar
de las estrellas desoladas,
cuya ternura late allí.

(Tibio es el cuerpo, interior, solo
como un astro en la oscuridad;
como una rosa adormecida
en el alma que la soñó.)

El aire pasa suspirando,
¡tan ciegamente, sin saber!
Toda la noche, inexplicable,
se parece a mi corazón.

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