Se hace la pequeñez como un relámpago
que ilumina un instante cuanto observa
callado —cuanto
es parte de ella misma, también poco—
y entonces se engrandece.
Acaso sea
vivir para los otros nuestra forma
de ser el mundo entero, lo que existe
y lo que revelamos en el trance
del amor que nos crea.
Acaso crear sea
encender nuestras breves miniaturas.