Garantízame una melodía polaca
fabricada de nieve y barro
con gotas de marginalidad.
Ofréceme un viaje de madera
por las vías de un tren en desuso
con verdes mareas y guaridas
habitables.
Cántame como Piaf rota
y luego ocúltame.
No vendas más planos
de pinturas inacabadas,
y deja de perseguir amapolas
por los pasillos encalados que desembocan
siempre
en el mirador.
La sonrisa arrugada de piel mordida
no provoca ya memoria
y tus manos, blancas, de artista expatriada
mendigan tantos méritos,
que los círculos van rotando
en direcciones opuestas.
Recluye con tu genio
la sofisticación de miradas nuevas
y mañana procura salvar del ahogo,
sin súplicas,
a la niña muerta que descansa en todos tus cuadros.
Con este poema he aprendido algo sobre Edith Piaf o tal vez el canto de un gorrión en tu escrito. Sin duda, cualquiera de las dos formas estilizan el contexto.
Saludos!
Con este poema he aprendido algo sobre Edith Piaf o tal vez el canto de un gorrión en tu escrito. Sin duda, cualquiera de las dos formas estilizan el contexto.
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Gracias por tu comentario.
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Muy bueno👏🏼👏🏼👏🏼
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Me gustó mucho
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