El gorrión se cae.
Sordo y mudo
del nido se cae,
sin aire, desnudo.
¿A qué dios invoca,
boqueando?
Archivo de la etiqueta: Julia Santibáñez
Hoja de diario – Julia Santibáñez
Lunes
Noto que F. me ronda de nuevo. De espalda
dos números más grande, tan sin respiro.
Martes
Tiene manos sólidas. Cuando lo noto me
quedo inmóvil, como un insecto que ante el
peligro finge estar muerto.
Miércoles
Miles de pájaros. Y vértigo. Quiero que él
huela mi cabello.
Jueves
Como si fuera el aire y yo apenas, su beso es
ávido.
Viernes
Todo siempre, para siempre. Es tan acérrimo.
Sábado
Persevera en sus pequeños defectos, como un
héroe en casa.
Domingo
El aliento pesa cuando espesa. Tan cómodo.
Lunes
L. es de ojeras fúnebres. Me inquieta su
sombra.
Envión – Julia Santibáñez
El monstruo se desata.
Corre calle abajo
(embriagado)
y avasalla.
En loca carrera trastorna,
fascina con el portento de su rabia.
Lo espera una flor incandescente.
Qué prodigio de ojos excesivos.
Obsolescencia – Julia Santibáñez
Perdiste la vida
y vas a pasar de moda
si no te apuras a encontrarla.
Sommelear – Julia Santibáñez
Destiladísimo,
catamos este beso
con veinte años de añejamiento,
tinto de beso reposado de antojo,
en su punto de oscuro.
Doscientos cuarenta meses de saboreo
por este beso,
reserva de la casa
Esas y no otras – Julia Santibáñez
A las casas pequeñas
las cuidan faroles en la puerta,
las resguardan vallas de arbusto.
A las niñas que viven dentro
nada las defiende en sus camitas,
nada,
de las noches confusas
y calladas.
Cuándo la noche – Julia Santibáñez
Pobre de ti.
No tengo tu camisa, el cinturón,
no tu anillo,
el dije por fetiche.
Me quedé sin un botón
que fuera sobre tu cuerpo
a manera de amuleto.
Ni tu cuerpo.
Entonces no sé cómo el presagio
dónde el invierno
cuándo la noche.
Pobre,
pobre de ti.
Espejo – Julia Santibáñez
Me inunda el miedo de hallarte una tarde
pechos en cabestrillo
vientre lleno de agua
Julia rota.
Miedo de encontrarte en mi piel
anciana helada.
(Hoy escupo en tu nombre
y te odio en mi vello.)
Miedo de la aridez de tu féretro
de la lujuria marchita
de la saliva inútil.
(Hoy no te conozco y te consagro mucha tinta.
Un día, tu entrepierna desolada ya no merecerá
ni una línea.)
Miedo,
Julia.
Inminencia – Julia Santibáñez
Estoy sangrando.
Ellos me rondan,
tiburones hambrientos.
Sol de invierno – Julia Santibáñez
La granizada nos sorprende al llegar a casa. Cerramos las ventanas, pero no sirve, aquí adentro hiela. Las rosas palidecen, el gato parece amoratado y nosotros, más quietos cada vez, más ateridos.
Deberíamos tenerle miedo al enfriamiento.
Deberíamos,
tú y yo tendríamos que jugar con fuego para no morirnos de frío.