Perdona, amigo, no quise molestarte
pero volví de Vietnam
donde maté a un montón de caballeros vietnamitas
algunas damas también
y no pude soportar el dolor
y de miedo cogí un hábito
y pasé por la rehab y estoy limpio
pero no tengo lugar donde dormir
y no sé qué hacer
conmigo ahora mismo
Lo siento, amigo, no quise molestarte
pero hace frío en la calle
y mi corazón está enfermo solo
y estoy limpio, pero mi vida es un desastre
Tercera Avenida
y calle E. Houston
en el paso peatonal bajo el semáforo en rojo
limpio tu parabrisas con un trapo sucio
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Niño – Sylvia Plath
Tu claro ojo es lo único del todo bello.
Quiero llenarlo de color y patos,
el zoo de lo nuevo
cuyos nombres cavilas:
campanilla de invierno, pipa de indio,
tallo
pequeño sin pliegues,
estanque donde las imágenes
deberían ser fabulosas y clásicas
no este tumultuoso
retorcer de manos, este techo
oscuro sin estrellas.
My first Love (Mi primer amor) – F. Scott Fitzgerald
All my ways she wove of light,
Wove them all alive,
Made them warm and beauty-bright...
So the shining, ambient air
Clothes the golden waters where
The pearl fishers dive.
When she wept and begged a kiss
Very close I'd hold her,
OhI know so well in this
Fine fierce joy of memory
She was very Young like me
Tho' half an aeon older.
Once she kissed me very long,
Tip-toed out the door,
Left me, took her light along,
Faded as a music fades...
Then I saw the changing shades,
Color-blind no more.
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De luz todos mis caminos ella tejió
medio vivos los tejió,
los hiló con radiante belleza y amor...
para que el vivo aire ambiente
vista las doradas aguas donde
los pescadores de perlas se sumergen.
Cuando ella lloró e imploró un beso
muy fuerte yo la abracé,
¡ay!, sé muy bien que en este
dulce y cruel gozo del recuerdo
ella era joven como yo
aunque media época más vieja.
Una vez un beso interminable me dio,
de puntillas por la puerta salió,
me dejó, con ella la luz se llevó,
igual que la música se desvaneció,
y entonces vi las sombras mutantes,
para siempre sensible al color.
los mejores hombres son más fuertes solos – Charles Bukowski
casi siempre mientras un hombre intenta
escribir
alguna mujer no para de entrar y salir,
quiere tal,
quiere cual.
casi siempre mientras un hombre está escribiendo
mantiene discusiones simultáneas con alguna mujer.
no es fácil discutir con una mujer y escribir
al mismo tiempo.
a veces creo que algunas mujeres tienen celos de
la máquina de escribir.
la máquina de escribir les costea comidas en restaurantes,
un coche decente, ropa, zapatos.
pero tienen celos de la máquina.
«cuando subes a escribir, me quedo aquí
sola», dicen.
cuando subo a escribir yo también estoy
solo.
hubo veces en que no había
adónde subir.
hubo veces en que solo era una habitación
con el retrete al fondo
del pasillo.
hubo veces en que no había habitación
ni máquina de escribir, solo un banco
en el parque.
«esa máquina es tu muleta», dicen
con buen juicio.
soy muy viejo para volver a la fábrica,
la fábrica no me querría
ya.
por suerte
esta máquina me ha sido tan fiel
como cualquier mujer que haya conocido.
y esta noche es una noche especial.
estoy solo de nuevo
igual que cuando empecé.
mis dedos sacuden las teclas.
la guerra nunca ha cesado.
me gusta esta lucha.
y ahora me doy cuenta de que
no hay nada tan hermoso y
tan puro y tan perfecto como una frase
bien escrita.
Fui su amante – Charles Bukowski
ahora me toca a mí
ascender a través de la ola verde
de burbujas de sangre,
mi cuerpo,
cebo en algún inmenso anzuelo;
nombres, ciudades, sueños,
ahora me toca a mí,
los he visto irse a todos,
amigos y amantes,
he visto al pianista seguir tocando
después de que se hubiera ido el público,
ahora me toca irme a mí,
toda la magnitud reducida a un dedal,
abajo,
abajo
con ellos, con ella,
ciudades tomadas y enterradas
así,
animales como montañas
y las propias montañas,
relámpagos y plegarias y luego
el mar,
extinguidos somos
como la nada,
como la nada somos
y el pianista sigue tocando
mientras diablillos se deslizan barandilla abajo,
me hundo
ahora a través de la ola verde
donde ningún rayo alcanza,
sostenedme,
aire y agua,
sostenedme,
apagad las
voces de las caras que comen pan duro y rechinan los dientes
y no dicen más que mentiras,
fui su amante y ella era la vida
y volvió la espalda y se marchó.
¿Al guna vez has besado a una pantera? – Charles Bukowski
esa mujer cree que es una pantera
y a veces cuando hacemos el amor
gruñe y bufa
y el pelo le cae sobre la cara
y mira por entre las hebras
y me enseña los colmillos
pero la beso de todos modos y nos seguimos amando.
¿alguna vez has besado a una pantera?
¿alguna vez has visto a una pantera hembra gozando
con el acto del amor?
no has amado, amigo mío.
tú con tus ardillas y cobayas,
elefantes y ovejas.
tendrías que acostarte con una pantera,
ya no querrás nunca
ardillas, cobayas, elefantas, ovejas, zorras,
lobeznas,
nunca más nada que no sea una pantera
la pantera que cruza por mitad de la habitación
la pantera que cruza por mitad de tu alma,
todas las demás canciones de amor son embustes
cuando esa piel negra y tersa se mueve contra tu cuerpo
y el cielo te cae en la espalda,
la pantera es el sueño que se ha hecho realidad
y no hay vuelta atrás
ni ganas de que la haya...
la piel contra tu cuerpo,
la búsqueda ha terminado
y estás inmovilizado ante los ojos de una pantera.
Esa – Charles Bukowski
tu hijo no tiene nombre
tu pelo no tiene color
tu cara no tiene carne
tus pies no tienen dedos
tu país tiene diez banderas
tu voz no tiene lengua
tus ideas se deslizan cual serpientes
tus ojos no son iguales
comes ramos de flores
echas carne envenenada a los perros
te veo rondar los callejones con una porra
te veo con un cuchillo para cualquiera
te veo hacer pasar una cabeza de pescado por corazón
y cuando el sol caiga a plomo
vendrás de la cocina
con una copa en la mano
tarareando la canción más reciente
y sonriéndome con tu ceñido vestido rojo
extraordinaria...
otro poema de amor – Charles Bukowski
qué largas tienes las uñas, dijo,
Dios mío.
y yo dije:
no me corto nunca las uñas de los pies yo,
siempre hay alguna mujer que lo hace
por mí.
cogió el cortaúñas y empezó.
estaba en San Francisco
tumbado en el suelo.
ella era bailarina profesional,
habíamos hecho el amor, ido a Fisherman’s
Wharf, regresado y tomado una infusión
de hierbas, estábamos descansando antes
de hacer el amor
otra vez.
ella tenía un cuarto lleno de discos de música clásica
y libros,
hasta de los míos.
vaya uñas, dijo, Dios mío.
pero quédate quieto, no voy a
hacerte daño.
ya está, dijo cuando acabó de
cortármelas, ahora ya puedes buscar otra zorra
que te las corte la próxima
vez.
luego sacó un aceite y empezó a masajearme
los dedos y los pies.
vas a tener que hacerme un masaje en el cuello
a cambio, dijo.
le hice un masaje en el cuello mientras sonaba Mozart
y poco después estábamos haciendo el amor
otra vez.
ahora estoy de nuevo en Los Ángeles
sentado en la cocina
descalzo
y me vienen
a la cabeza imágenes
suyas.
Nina,
espero que la siguiente zorra que me corte las uñas de los pies
seas tú.
Conclusión – Lenore Kandel
cuando el amor se ha acabado no hay canciones
no hay festín de ayeres
tan solo la certeza diminuta, clara y dolorosa
de que la trémula vela se ha consumido
dejando solo humo
y el recuerdo de una luz brillante y perfecta
Carta revolucionaria nº 6 – Diane di Prima
Evitad a esa gente
que piensa que Bonnie y Clyde es demasiado violenta
que ve la sangre pero no la forma de energía
nos aman y quieren que controlemos la natalidad
nos aman y quieren que los hindúes maten a sus vacas
nos aman y tienen un polvo incoloro sin sabor
que es el alimento sintético perfecto...