A Néstor Hervás
Hoy mi reino
es esa tierra de nadie
Umberto Saba
Veinte años de guerras me contemplan
y eso, a mi edad, es una vida.
A pesar de la fama y las victorias,
el que llega a este oscuro
rincón de Normandía
es un hombre que ha sido derrotado.
Desde esta única torre que rodean
un bosque y una ciénaga,
se ve el paisaje atroz
del fin del mundo.
En medio de este páramo que anegan
las aguas ponzoñosas de un pantano,
no hay ley que legitime ningún orden,
ni distinción de súbdito y proscrito,
ni mayor amenaza que uno mismo.
Tan sólo una mujer podrá salvarme.
Porque ella es la verdad y la belleza.
No tengo otro señor que su palabra.
Ella es mi redención. Ella, mi muerte.