Desciende la noche:
todavía permanecen
las queridas visiones de la tierra,
árboles, animales,
pobre gente encerrada
bajo mantos de soldado,
madres con el vientre agostado
por las lágrimas.
Y la nieve en los prados
como una luna apenas descubierta.
Oh, estos muertos. Golpead
las frentes, golpead hasta el corazón.
Que por lo menos uno
nos grite en el silencio;
en este blanco cerco de los sepulcros.