III
Me queda por decir no sé que cosa
que me parece inusitada y bella.
He gastado palabras como estrella,
rocío, rosicler, sonrisa, rosa…
Y en lo pobre del verso y de la prosa
no he logrado apresar el alma de ella.
La he visto: fugitiva mariposa
o pájaros con alas de centella.
Cuando callo, la escucho y la medito,
pero se pierde en el poema escrito.
Me queda poco tiempo de palabra.
Me desespera la que nunca encuentro.
¿Y he de morir sin que mi mano abra
puertas al ave que me canta dentro?