Homenaje a Emily Dickinson
CUANDO yo ya no esté y tiréis mis cosas
al cubo de las cosas ya sin alma,
a quien tome la caja
del compás, yo le ruego
lo haga con cuidado; mi niñez
plegada duerme dentro.
Y aún otra cosa más
le he de pedir: no un círculo
completo, que ello fuese
demasiada merced para mi sueño
sin tiempo, un arco basta, sugiriéndole
el columpio de sol, que mi niñez
sabrá hacer lo demás cuando regrese
a su funda morada