Hecatombe – Julia Santibáñez

Los degollaron a la orilla del camino.
Carcasas huecas,
el ano agrandado con cuchillo,
el lodazal harto que moja los zapatos
de una tan roja que es bien negra.
Premonición: no tardan las moscas.
Apesta el calor sin aire,
el pelo que tembló de miedo.
Un dios que sabe de soberbias
recibiría, encantado, esta ofrenda.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.