El deseo – Rafael Courtoisie

Animalito de mí, criatura parda, gorrión, el deseo de mí en vos es lo
último que quisiera nombrar; pues si lo nombro, desaparece. Y
lo nombro de todas formas, y crece en mí como quisiera que creciera
en vos, y en cada palmo de soledad el deseo descubre como un
explorador del siglo XVII indígenas, nativos de mi ocasión, salvajes
de mi cuerpo, seres desnudos, guerreros emplumados dispuestos
a matar o a vivir por el silencio blanco de los objetos del universo.

El deseo es barro de la creación, agua que transforma el viento de
la felicidad.

Felicidad que no sabe qué hacer, a dónde ir, dónde quedarse.
Felicidad que es comienzo y fin de ese deseo, felicidad que es tierra
donde nacen los sueños parecidos al amor y acaba el tiempo,
felicidad como una palabra de vidrio que golpea el sol de la muerte
y lo hace trizas.

Nube dormida de todo lo que existe.

Vigilia de vos.

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