Más allá de este sueño
ya no hay nada:
territorio final
en el que permanezco confinado,
desde el que también sueño
hasta perder la memoria de mí mismo.
Cuando no sueño
ese sueño sin sueños
es —a secas— la vida.
Más allá de este sueño
ya no hay nada:
territorio final
en el que permanezco confinado,
desde el que también sueño
hasta perder la memoria de mí mismo.
Cuando no sueño
ese sueño sin sueños
es —a secas— la vida.
Más allá del sueño no hay nada, es una profunda aseveración, que me ha gustado. Enhorabuena
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