He vuelto por el camino sin hierba.
Voy al río en busca de mi sombra.
Qué soledad sellada de luna fría.
Qué soledad de agua sin sirenas rojas.
Qué soledad de pinos ácidos errantes…
Voy a recoger mis ojos
abandonados en la orilla.
He vuelto por el camino sin hierba.
Voy al río en busca de mi sombra.
Qué soledad sellada de luna fría.
Qué soledad de agua sin sirenas rojas.
Qué soledad de pinos ácidos errantes…
Voy a recoger mis ojos
abandonados en la orilla.
Me encantó ese poema de Ricardo Fernández. Una preciosidad.
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