No te desencuentres de mí
cuando la noche nos descobije
que sean tus labios mi retorno
mi convite
mi ensueño
No te alejes a la deriva
que a ti voy enredada
para andar lo suelto
que de no ser así
no habría podido renunciar
a lo no una vez tan querido
esas palabras benditas que me cantan
y que me reclaman en su presencia
y que vuelven de la mano de otro
a recordarnos el cuerpo luminoso que somos
y cae
cae
cae la luz.