En medio de este hueco redondo y transparente que me persigue siempre a través de la tierra retumban los hachazos que separan las ramas brotadas en el tronco de mármol patinado por el humo de pólvora y la luz de la luna filtrada entre los dedos de tus manos de nieve.
Tus brazos recogían en sus siete colores la lluvia de mi frente y la espuma del agua perdiéndose en las aguas tu cabellera rubia mientras que tu cabeza flotaba entre las olas verde entre verdes algas con los labios abiertos por la caricia última de mis labios de fuego.