Si te quise, no lo sé.
Si me quisiste, tampoco...
Pues borrón y cuenta nueva:
yo con otra y tú con otro.
A la orillita del río
me pongo a considerar:
mis penas son como el agua,
que no acaba de pasar.
Desde la una a la una,
desde las dos alas dos,
son las veinticuatro horas
que te estoy queriendo yo.