Contemplándote arder – Vicente Gallego

Así quisiera recordarte,
poderosa en tu entrega,
destilando tu miedo -uva negra y pisada
en la barrica añeja de la sabia lujuria-
para lograr tragarlo dulcemente
convertido en el vino que nos ofrece un dios.

Que tu placer solar
me proteja en la noche, que me recuerde siempre
esa imagen del mundo en que dos cuerpos jóvenes
han vencido a la sombra y se sienten brillar
en su luz invencible.

¿Y quién nos acompaña,
si el rodar del camino va rompiendo los ejes
de la frágil tartana del amor?
¿Y quién
nos acompaña,
a no ser la memoria, ese clavo en la herida,
esa sombra sin cuerpo?

Humo frío será la amada carne,
y quedará mi carne sin refugio,
acompañada sólo de la triste memoria,
esa sal en la llaga, esa llaga sin cura.

Y luego la memoria se deshará en el polvo.
A ese polvo sin madre
que el viento ha de barrer y que serán tus huesos,
yo quisiera salvarlo esta mañana.
A ese cuerpo que hoy,
al contemplarlo arder bajo mi llama hambrienta,
un segundo entreví
aventado en el soplo sin medida del tiempo,
yo quisiera salvarlo en la palabra,
para siempre feliz en su fuego de ahora.

Y he sentido un mareo de atropellados siglos,
de lunas y de soles sin nosotros.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.