El poeta canta el cambio de color de ojos de su amada y repite las palabras de Adán – Rafael Montesinos

Rodeada de ensueños -¡levedad
de sus años, su voz y su sonrisa!-,
reclinada en su luz, digo en su brisa,
niña soñada y ángel de verdad,

con grácil -no aprendida suavidad
el color de sus ojos me improvisa.
y como ese color, así es precisa-
mente mi vida: clara en su mitad.

Tú si que eres ya huesos de mis huesos
y carne de mi carne y pena mía
y partidaria de mis altos besos,

que alternamos con tu melancolía;
besos que a veces dejo niña, en esos
pómulos donde un sol, rojo, se enfría.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.