Lo propio – Ursula K. Le Guin

No puedes medir la circunferencia
pero hay centros:
piedras, y una mujer lavando en un vado,
el agua corre marrón rojiza del lavado.
Las bocas de las cuevas. Las bocas de las campanas.
Hacia el norte el cielo invernal
bajo nubes de nieve, verde jade.
No hay estrella más lejana que el fulgor
de mica en un guijarro sobre la mano,
o más cerca. La distancia es mi dios.

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