¡Oh universo en que quiero
estar! ¡Ramo de estrellas!
Estas gotas de lluvia,
tierra tibia, te encuentran...
Hasta ti fue la vida toda
como un inmenso mar de ausencia.
Pero, poco nos basta.
Las medidas humanas
no son tan infinitas como piensas
felicidad: ese algo
de concreción, de pura forma bella,
ya nos basta. ¡Racimo
de lluvia, cabellera
levemente mojada,
y que ilumina una sonrisa eterna:
te basta ya!
Y éste es el mundo
estrellado en que habitas; ésta era
la lejanía soñada. ¡Canta!
Aquí está la promesa.