La sinecura, la escultura,
la tortura, la pintura,
la impostura de la hermosura,
la escritura, la dulzura,
la hartura, la dictadura,
la basura, la frescura,
la futura vividura,
la locura, la cultura,
todo se compra, todo se vende,
todo se vende, todo se compra,
todo pasa la factura.
La jerarquía, la teoría,
la trapería, la soltería,
la pía arpía, la carestía,
la rebeldía, la amnistía,
la satrapía de la hidalguía,
la sodomía, la monarquía,
la minoría, la mayoría,
la epifanía, la poesía,
todo se compra, todo se vende,
todo se vende, todo se compra,
todo es pura mercancía.
La excitación, la devoción,
la confusión, la alienación,
la integración en la emoción
y en la insubordinación,
la opción a la información,
la perversión de la inflación,
la erudición, la inquisición,
la unión, la acción, la razón,
todo se vende, todo se compra,
todo se compra, todo se vende,
todo es pura transacción.
La autoridad, la necedad,
la edad, la nacionalidad,
la obesidad, la caridad,
la oblicuidad de la verdad,
la potestad, la santidad,
la bondad, la virginidad,
la libertad de la entidad,
la amistad, la realidad,
todo se compra, todo se vende,
todo se vende, todo se compra,
todo es contabilidad.
El sermoneo, el cosquilleo,
el veraneo, el bombardeo,
el trofeo del gineceo,
el gorjeo del corifeo,
el cotorreo, el ajetreo,
el choteo del bloqueo,
el aporreo, el manoseo,
el jadeo del himeneo,
todo se compra, todo se vende,
todo se vende, todo se compra,
todo es puro trapicheo.
La infancia, la adolescencia,
la elegancia, la decencia,
la importancia, la competencia,
la constancia, la paciencia,
la Francia de la resistencia,
la jactancia de la inconsciencia,
la tolerancia de la impotencia,
la concordancia de la ciencia,
todo se compra, todo se vende,
todo se vende, todo se compra,
todo es pura transferencia.